Como dijo Jack el Destripador: ¡vayamos por partes!:

1. Ganadores:
   • Indudablemente el Cuerpo,como institución.
     Ha tenido unas elecciones democráticas, con una participación similar a las de elecciones similares en instituciones o empresas que cuentan con un marchamo y recorrido democrático más amplio.
   • Indudablemente el Cuerpo, como empresa tecnológica.
     Pocos organismos con una descentralización tan amplia pueden vanagloriarse de celebrar una consulta de este cariz, con medios telemáticos tan avanzados y contar con tan pocas contingencias, porque la mayor parte de los sujetos con derecho a sufragio pasivo pudieron ejercerlo si tuvieron auténtico propósito de hacerlo.
   • Incuestionablemente los miembros del Cuerpo:
     Que han asistido a un proceso democrático impensable hace poco tiempo.
   • Por supuesto las asociaciones:
     Concretamente 5, AUGC, UGC, ASES, UO, AEDES, que están llamadas a ejercer la representatividad que los miembros del Cuerpo le hemos otorgado.
     Y particularmente una, la que sin existir ha sido la más homogénea e impenetrable. La que sin programa ha arrasado entre sus electores. La que antes de tener posibilidad de ser tenía que existir y por ende no podía estar conforme a una ley que aún no estaba. Sí, podemos dar gracias que la última de las asociaciones seudo-clandestinas ha ingresado en la legalidad (a diferencia de otras nunca fue perseguida, a Dios Gracias)

2. Perdedores. Las sombras no son menos que las luces y sí más importantes:

   • La democracia ha perdido. Todos hemos tenido derecho a votar, pero los resultados han costatado lo evidente: cuando no todos los votos valen lo mismo la democracia no existe, el viejo aforismo un hombre, un voto es una estupidez.
     Y que no todos los votos valen igual es evidente: hay vocales por menos de 500 votos, por algo más de 1000,por unos 1300 e incluso por algo más de 2000. En función de la escala a la que perteneces necesitas mayor o menor número de votos para tener representación
   • Incuestionablemente muchos miembros del Cuerpo también han perdido. Bien por desidia, bien por amedrentamiento (probablemente más por lo segundo) han dejado de ejercer un derecho inundados por los miedos del pasado. Con ello más de un 60 % de nuestros compañeros no han querido sumarse a una oportunidad histórica, la de dar el pistoletazo de salida a una nueva Guardia Civil.
   • En general todos los miembros del Cuerpo hemos perdido, en tanto que los votos se han segmentado claramente por escalas. Áquellas asociaciones con un marcado presupuesto general que buscaban nuclear un proyecto aglutinante para la mejora del Cuerpo no han calado, en detrimento se ha votado a la asociación de escala, a la que cada uno ha creido que puede defender mejor intereses particulares, como si la mejora del Cuerpo como un todo no pudiera redundar en la mejora sectorial.
   • Por todo ello el Cuerpo también ha perdido una gran oportunidad. Ser punteros tecnológicamente no es un gran consuelo cuando las deficiencias en valores democráticos como libertad e igualdad están parcialmente secuestrados por las rancias herencias del pasado: el miedo que no pasa y la estratificación profesional que es trasunto de otra ideológica.
     Esas mismas herencias del pasado son las que justifican que, como en toda transición, los menos proclives al cambio sean los que más se vuelcan en una democracia en la que no acaban de creer; mientras que los más ansiosos de cambio sean los que no se acaban de creer que esa recién llegada democracia sea la palanca para el cambio.
3. La esperanza es lo que finalmente prevalece. Los miembros del consejo elegidos con ciertas garantías democráticas son nuestros representantes, en sus manos está alcanzar los acuerdos y consensos adecuados para que progrese y mejore el Cuerpo y con él, todos y cada uno de nosotros o, al menos, nuestras condiciones socio-profesionales