Reticencias a la agrupación de electores



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Bienvenidos miembros de la Escala Superior, pero con reticencias

En un documento anterior dábamos la bienvenida al asociacionismo a la Escala Superior de Oficiales, que decidió presentarse a las elecciones al Consejo bajo la fórmula menos asociativa de agrupación. Después de la alegría inicial, un cierto desasosiego ha calado en nuestro ánimo. 

Las elecciones, pensadas desde esa escala que ahora se presenta como agrupación, aparecen bajo un formato privilegiado, donde no todos los votos valen igual: el escaño más "barato” va a ser el de la Escala Superior y Escala Facultativa Superior. Si en origen no se iba a contemplar el principio de "un hombre, un voto", ¿por qué se agruparon las escalas de oficiales y no se dejaron 6 circunscripciones? Difícil respuesta

Desde luego la Escala Superior va a partir con ventaja, lógico porque sus miembros diseñaron las elecciones. Ahora bien ¿por qué se presenta en el último momento, casi a escondidas y optando por una fórmula que no comprometa su pretendida equidistancia? 

Entre los más agoreros está empezando a cobrar fuerza una hipótesis que podría hacer que las primeras elecciones democráticas en el Cuerpo fueran las últimas. Sería inimaginable que esa hipótesis se basase en los siguientes hitos:

  •  Que parte de la futura Agrupación de la Escala Superior de Oficiales hubiese pretendido el fracaso de las elecciones desde su misma génesis. Un presupuesto arbitrario en origen hubiera informado esa pretensión: el Cuerpo no estaría interesado en aventuras que pudieran confundirse con un sindicalismo encubierto.
  •  Que, cuando el día a día puso de manifiesto en el Cuerpo (sobre todo por parte de los asociados, cuyo número ha aumentado considerablemente ante la expectativa de las elecciones) la efervescencia ante la novedad democrática, esas pretensiones iniciales se habrían visto obligadas a cambiar.
  •  En ese nuevo marco, esto es, que las elecciones pudieran ser relevantes, habría sido preciso y recomendable controlarlas. Et voilà!, aparecería la agrupación.
  •  En este discurrir la conclusión sería clara. El Consejo lo formarán 17 miembros electos y 17 miembros nombrados por la administración. Si uno de los electos fuera de la Agrupación y se alineara con la administración en todo momento (a cambio de...), el Consejo quedaría desactivado porque, aunque los 16 miembros electos restantes consensuaran sus pretensiones, todo lo que no estuviera bajo la égida de la escala hasta ahora dominante sería inviable.

Si esta hipótesis se acercara algo a la realidad, el fiasco sería terrible. Todos los que confían en la democratización y profesionalización del Cuerpo se habrían equivocado por completo. Tendríamos un Consejo abortado en su nacimiento, cuya única principal función sería detraer un importante número de efectivos de sus quehaceres a cambio de nada.

Por supuesto que en democracia cualquier estrategia y táctica son aceptables, pero no todas son morales y ésta desde luego no lo sería.
Esperemos que el tiempo haga que los más agoreros estén en el error más absoluto.
Ojalá el tiempo constate que esa hipótesis no tenía fundamento alguno.

 

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